Hay algo poético en la ignorancia selectiva, ese cerrar los ojos ante la realidad y abrazar un idealismo casi infantil. Qué serotonina altísima provoca!
Quizás la verdadera felicidad está en ver menos. Mi lado boicotero levanta esta pregunta de vez en cuando, probablemente cuando estoy tan consciente de mi contexto, que no sé por dónde empezar a accionar. Porque (lamentablemente), cuanto menos sabés, más liviano te sentís. Te ahorrás el malviaje, la presión, o agarrar la pala.
“No sabe, no contesta”. Nada duele tanto. Hasta que un día, dolió. Negaste, o ignoraste tanto, que te pasaron por arriba.
Este es el último recuerdo que tengo de plenitud total, algunos meses atrás. Todo estaba bien, todo en su lugar… Pero nunca ignoré tantas cosas al mismo tiempo 😬
Entonces, ¿cuál es el precio neto de negar la realidad?
Cuando No Saber es una Bendición
Ignorar puede ser un refugio. ¿O me vas a decir que no te dio alivio no saber algo en ciertas ocasiones?
No saber de la vida de tus ex parejas te ahora malviaje
No saber armar un estante te ahorra laburo (porque probablemente otro lo haga por vos)
No haber escuchado el último discurso de Milei te ahorra discusiones políticas
Puedo seguir por un rato, pero creo que ya entendieron la idea.
La negación, o ignorancia selectiva, nos protege, ya sea del estrés o la ansiedad de conocer data que no contribuye a nuestro bienestar, como de la presión de tener que aprender cosas nuevas. Y confiezo! Cual acuariana idealista y colgada, este fue mi mindset por muuuucho tiempo. Pero qué pasa si mantenemos esta mentalidad a largo plazo?
Lo que no ves, eventualmente te atrapa.
Ayer, mientras comíamos sopita tempranera, porque de este lado del mundo winter is coming, miramos una entrevista de Gisele B. contando como el saber hacer tantas cosas por sí sola y desde tan joven (jóven tipo viviendo sola en Japón a los 14 años), la ayudó a alcanzar sus metas, a hacer un camino diferente. Después de leerme, escúchenla un ratito.
Para muchos puede no ser este el camino, pero hay una verdad que es innegable, y es el que saber es poder. Entonces, ¿por qué evitamos saber/conocer/aprender TANTAS veces?
Durante el año traté este tema en terapia contínuamente. No me era fácil comprender el momento de optar por la negación. Y mi psicóloga, con mucha paciencia, siempre me explicó:
Nuestro inconsciente siempre busca protegernos. Por lo tanto, aquellos momentos que la racionalidad nos indica que “todo está bien” en ciertos temas que nos preocupan, suele ser porque nuestra consciencia aún no está preparada para asumir la verdad. Pero el inconsciente es muy honesto, y si no vas a permitirte ver la realidad tal cual está en tu presente, te va a aparecer en diferentes formatos, quizás como un sueño, una intuición, o presentimiento.
El inconsciente funciona de formas muy increíbles. Ante aquello que no podemos controlar o entender, elegimos ignorarlo parcialmente. Y aunque vivir en negación nos regala breves momentos de paz, sabemos que esta es una burbuja frágil.
Ah! Entonces, si dejo de ignorar, puedo controlar?
La ilusión de control
Qué ambiciosos somos creyendo que enserio tenemos influencia alguna en las cosas que suceden por fuera de nosotros, las emociones del resto, las circunstancias, el futuro. Es irónico que a veces visualicemos las causalidades como en una hoja de cálculo.
Me imagino que habrás caído en estas varias veces. Si pienso más, actúo más, resuelvo más, todo va a estar bien. Pero el control es una ilusión y ninguno de nosotros controla lo que realmente importa. Si alguien nos abandona antes de tiempo, si nos enfermamos, si nos echan (ejem!). Nada de esto es controlable, y eventualmente, son las cosas más importantes para una vida “feliz”.
El deseo de control nos aleja de la libertad. Pero la necesidad de tener todo bajo control es agotadora, y si algo aprendí con los años, es que cuanto más tratás de agarrar las riendas, más te das cuenta de que no existen. Todo cambia. Todo es incierto. Y esa es la única verdad que podemos controlar: que no tenemos control de nada!
Querés que alguien cambie? Dejalo ser! Los actos muestran quienes somos realmente.
Querés que te digan lo que querés escuchar? Escuchá y no condiciones.
Querés empezar a hacer deporte? Andá a correr y dejá de anotar que el martes lo vas a hacer.
¿Sos feliz o sos falso?
Y acá viene la parte incómoda de mi reflexión dominguera. ¿Es posible considerarse realmente feliz cuando se vive en negación? O mejor dicho ¿existe una vida en la que estas dos caminan de la mano, o simplemente es una felicidad falsa construida sobre la evasión de la realidad?
En ocasiones varias, la “paz” que sentí provino del mirar hacia el otro lado. Pero esta realidad no es sostenible, y la felicidad cuya base es la negación, tiene fecha de caducidad. Eventualmente, la realidad te toca la puerta, y ahi, no te queda otra.
Cuanto más sé, más sufro
Saber más, estar más informado, implica tanto nuevas posibilidades, como nuevas preocupaciones. El conocimiento es un arma de doble filo. Cuanto más sabemos, más nos exponemos a una sobrecarga de pensamientos, decisiones, miedos y ansiedades. Hoy, saturados de datos, de opiniones, de expectativas, en muchas ocasiones, saber más nos paraliza.
Asi que hay ciertas negaciones que yo elijo considerar “sanas” por el bien de mi salud mental. Por ejemplo, este tipo de libros comprendí que no me sirven. Ya sé que Internet nos está moldeando la forma de pensar, y nos condiciona y blablabla… saber esto es suficiente, pero elijo no intoxicarme más, porque no hay nada que pueda hacer al respecto.
Cuanto más conocemos, más percibimos las grietas que antes ni sabíamos que existían, y la hiperestimulación nos agota.
Abandonar la negación no es una tarea tan sencilla
Hoy intento vivir en la verdad, por más incómoda que sea. Si bien la negación me hizo feliz (y fue útil) en ciertos momentos, era una realidad superficial que dejé de elegir. Si la raíz es frágil, los frutos también lo serán…y eventualmente, esta ruta la hacemos una sola vez, así que mejor ponerle onda.
Algunas recomendaciones como de costumbre:
Negar es vivir sobreviviendo y esto te evita crecer.
Aceptá la incomodidad de la verdad. Al principio duele, pero después es pura libertad.
Buscá tu propio equilibrio entre controlar y soltar.
Si notás que algo es complicado, enfrentalo, no cruces de vereda.
Filtrá la información que consumís. Está buenísimo aprender, pero tampoco te vuelvas loco.
Desconectate de la hiperestimulación. Hoy podemos saberlo todo, pero no deberíamos saberlo todo.
Me encanta el feedback de esta plataforma …Qué preferís ¿ser feliz negando, o vivir auténticamente incómodo en búsqueda de estabilidad?
Mandame un msj o comentá el post :)
Si llegaste hasta acá es porque me re bancas el proyecto!
Suscribite para recibir más de estas breves historias, de forma offline y privada.
xoxo
Abi